
Y es que, a partir del 1
de agosto de 1981, los videos musicales adquirieron otra connotación, surgió el
término VJ -derivado de DJ (Disc Jockey)- toda una figura célebre en la
televisión. Las compañías discográficas despertaron ante un nuevo medio como herramienta
estratégica de promoción -hasta el punto de que los videos se hacían para
mostrarlos en MTV- y un evento de repercusión mundial se introdujo en la
cultura popular: Los MTV Music Awards.
Con el paso del tiempo,
MTV Networks se había convertido en todo un emporio del entretenimiento con sus
versiones en Europa, Asia y Latinoamérica, y otras cadenas como VH1,
VIDEO HITS, MTV JAMS, hasta Nickelodeon (Nick), el canal
infantil, entre otras. No todo era música, aunque era su razón de ser, Beavis
and Butt-head, Daria, Rem & Stimpy, Real World, programas de dibujos
animados y de realidad que fueron MTV en el mundo.
Ahora bien, todo esto
hace parte de un sentimiento de nostalgia. La cadena que alguna vez
impulsó la carrera de tantos artistas, desde Duran Duran hasta Britney Spears,
ya no es la sombra de lo que fue. Aquel astronauta y su bandera, el gran ícono
de la industria musical, se bajó de la Luna y se desdibujó en el cielo
entre tantas estrellas.
Recuerdo cuando pasaba
horas frente al televisor esperando el conteo de los Diez más pedidos, el Top
20 o el Top 40; la gente participaba en la popularidad de un video, y ni qué
decir de los estrenos. Hago un acercamiento desde lo que fue MTV Latinoamérica,
canal que se lanzó un octubre de 1993 con el video We are South American
rockers de la banda chilena Los Prisioneros.
MTV
Latinoamérica tenía una identidad propia, a pesar de la influencia de
la principal norteamericana, el pop y el rock eran su estilo. Bandas como Soda
Stereo, Café Tacuba, Los fabulosos Cadillacs tuvieron
un espacio de popularidad, dentro de la propuesta alternativa del canal.
Pero más allá de los
grupos o solistas, era el formato, los programas y hasta los presentadores.
Todo eso cambió. Ahora es una historia más que contar.
Cómo no recordar a Ruth
Infarinato con sus entrevistas y uno de los programas más populares como lo fue
Conexión; a la cubana Daisy Fuentes, la mexicana Carmen, Arturo,
entre otros personajes que pasaron frente a sus cámaras. Hay que reconocer que
la música era otra, y eso marcaba la diferencia: Red Hot Chilli Peppers, Metallica, Nirvana, Oasis, Korn, Radiohead y
muchos más, para no continuar la lista.
MTV era música, MTV
era Music Television. MTV no era Sixteen and pregnant, ni Jersey
Shore, ni Teen Mom, ni Parental Control. MTV no eran niñas malcriadas
celebrando sus dulces dieciséis. MTV no era novelas. Sí, había una vez un canal
de música que se llamaba MTV.
Las nuevas generaciones
conocen a MTV por Snooki, Tila Tequila, las Niñas mal y tantos otros burdos
personajes más. Music Television desapareció para darle paso a
los reality shows; desafortunadamente eso es lo que vende.
Un suceso importante
aconteció en el camino decadente de MTV: El creciente poder de la “audiencia”
en decidir qué y cuándo ver algo, y generar su propio contenido en un espacio
de proporciones 2.0. En algún momento dejó de ser necesario esperar algún
programa para ver un video, porque con solo digitar su nombre se podía ver una
y otra vez. El advenimiento de un nuevo canal lo había cambiado todo: Youtube.
Más allá de la revolución de la Internet y de que la música de antes era mucho mejor, fue la visión de un canal la que se transformó. El canal cambió pero deja un legado en la cultura popular. Ya no es lo mismo de antes, pero se vale recordar y obviamente no sintonizar.
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JAHIR CURREA LOZANO
Comunicador social, egresado de la Universidad de Cartagena, Colombia. Amante de las letras y la fotografía.
Cuento lo que quiero contar, sin límite de caracteres y a todo color.
Cuento lo que quiero contar, sin límite de caracteres y a todo color.